"Así
que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres".
Autonomía e Independencia de la Personalidad
Liberación o Negociación
Todo ser humano
en momentos de conciencia íntima, pudiera enfrentar preocupación por su
propia personalidad y como fruto de su introspección, ver la necesidad
urgente de cambios en su manera de ser más profundo. En ese caso, se postula
como única salida la libertad, o aceptación plena y consiente de sus creencias
internalizadas inconscientemente, que son: conceptos y preconceptos adquiridos
involuntariamente en la primera etapa de la vida (heredados, en parte por la
genética y en parte del ambiente primario, en la etapa de crecimiento desde el
vientre materno). Liberación que le permitirá vivir en plenitud la personalidad
individualizada, sin lastimarse a sí mismo primeramente, ni lastimar
luego a quienes les rodean por sus conflictos intra e inter-personales.
Esos conceptos, arraigados en cada ser definen la manera de relacionar diario con los semejantes, las cuales han quedado impreso de manera permanente en la mente desde los hogares de orígenes.
La gran mayoría de las
personas, reaccionan inconscientemente y de manera automática ante los desafíos
diarios, como si se poseyera un chip emocional escondido en algún recóndito
lugar del cerebro programado para reaccionar como si fuera una chispa, sin
pensar.
Esta forma obstinada
de actuar no es aconsejable como acompañante del individuo, ya que
se pierde el razonamiento para ciertos actos en
las relaciones. Es mediante las conexiones neuronales del Sistema
Nervioso Central formando los surcos eléctricos en el cerebro, que alimentarán
como combustible el temperamento y las formas de reaccionar
ante determinadas situaciones. La plasticidad cerebral,
garantiza el cambio, es posible lograrlo en cada ser humano.
Por lo tanto, se necesita
desechar, o al menos negociar conscientemente los viejos preceptos arraigados
que hoy se abren ante el adulto maduro que se enfrenta con su propio yo
conflictivo, lo cual no le permite tener paz, o ser tan pacífico que violan sus
derechos sin reaccionar. Ambos extremos son malos y propios de individuos
disfuncionales (individuos despersonalizados), estado que ha ignorado hasta
este tiempo. Toda reacción en tal sentido es esclavizante, lo cual anula
la individualidad.
Muchos de tales preceptos,
que llegaron de manera involuntarias a formar parte inseparable de la vida,
revelan sobradamente las deficiencias sociales en el ámbito de las
relaciones interpersonales, en cuyos casos esclavizan y conducen a actuar
de manera despersonalizada, sin libertad. Presos del pasado se realizan
actos involuntarios en el diario vivir para relacionar de manera errática
sin darse cuentas realmente de lo que se hace. Se acostumbra a actuar guiado
por emociones dañadas, antes de pensar profundamente cada acto.
- Ningún ser humano tiene derecho a tratar mal, a otro ser humano: Hay que eliminar todo tipo de violencia individual, intrafamiliar y social. “Así que, todas las cosas que quieran que los hombres hagan con ustedes, así también hagan ustedes con ellos”.
- Ningún ser humano tiene derecho a hablar mal a otro, ni de otro ser humano: Hay que eliminar de todo acto humano la violencia verbal y a la vez aprender a dialogar de manera clamada, en paz argumentando racionalmente y calmados siempre. “El que oculta el odio tiene labios mentirosos, y el que esparce calumnia es un necio”
·
Ningún ser humano tiene derecho a pensar mal de otro ser humano: No se
debe dar riendas sueltas a cualquier tipo de pensamientos. Aun cuando no se
puede evitar por momentos el hecho de que llegue a la mente pensamientos malos;
sin embargo, cosa muy distinta es alimentar ese pensamiento dañino. “Yo, el
SEÑOR, escudriño el corazón, pruebo los pensamientos, para dar a cada uno según
sus caminos, según el fruto de sus obras.”
Las acciones
despersonalizadas y erráticas de los individuos causan destrucción
desde uno mismo hacia los demás. Especialmente los más cercanos al círculo
íntimo en un orden cada vez más amplio: la pareja íntima primeramente, luego
los hijos, seguido de los familiares cercanos, amigos y la sociedad en general,
como se ilustra en el siguiente cuadro.
“El círculo de disfuncionalidad comienza por el YO enfermo, disfuncional
y avanza hacia la familia extendida y la sociedad”
Mario García
Un hogar
de crianza disfuncional, es el caldo de cultivo para crear individuos disfuncionales
en las familias y la sociedad.
Lic. Mario García MTF