viernes, 26 de febrero de 2016

Autonomía e Independencia de la Personalidad "Liberación o Negociación"










"Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres".

Autonomía e Independencia de la Personalidad 
Liberación o Negociación

Todo ser humano en momentos de conciencia íntima, pudiera enfrentar preocupación por  su propia personalidad y como fruto de su introspección, ver la necesidad urgente de cambios en su manera de ser más profundo. En ese caso, se postula como única salida la libertad, o aceptación plena y consiente de sus creencias internalizadas inconscientemente, que son: conceptos y preconceptos adquiridos involuntariamente en la primera etapa de la vida (heredados, en parte por la genética y en parte del ambiente primario, en la etapa de crecimiento desde el vientre materno). Liberación que le permitirá vivir en plenitud la personalidad individualizada, sin lastimarse a sí mismo primeramente,  ni lastimar luego  a quienes les rodean por sus conflictos intra e inter-personales.
 
Esos conceptos, arraigados en cada ser definen la manera de relacionar diario con los semejantes, las cuales han quedado impreso de manera permanente en la mente desde los hogares de orígenes.   

La gran mayoría de las personas, reaccionan inconscientemente y de manera automática ante los desafíos diarios, como si se poseyera un chip emocional escondido en algún recóndito lugar del cerebro programado para reaccionar como si fuera una chispa, sin pensar.   

Esta forma  obstinada de actuar no es aconsejable como acompañante del individuo,  ya que se pierde el razonamiento para ciertos  actos en las relaciones. Es  mediante las  conexiones neuronales del Sistema Nervioso Central formando los surcos eléctricos en el cerebro, que alimentarán como combustible  el temperamento y las formas   de reaccionar  ante  determinadas situaciones. La plasticidad cerebral, garantiza  el cambio, es posible lograrlo en cada ser humano.

Por lo tanto, se necesita desechar, o al menos negociar conscientemente los viejos preceptos arraigados que hoy se abren ante el adulto maduro que se enfrenta con su propio yo conflictivo, lo cual no le permite tener paz, o ser tan pacífico que violan sus derechos sin reaccionar. Ambos extremos son malos y propios de individuos disfuncionales (individuos despersonalizados), estado que ha ignorado hasta este tiempo. Toda reacción en tal sentido es esclavizante, lo cual anula la individualidad.

Muchos de tales preceptos, que llegaron de manera involuntarias a formar parte inseparable de la vida, revelan sobradamente  las deficiencias sociales en el ámbito de las relaciones interpersonales, en cuyos casos  esclavizan y conducen a actuar de manera despersonalizada, sin libertad.  Presos del pasado se realizan actos involuntarios en el diario  vivir para relacionar de manera errática sin darse cuentas realmente de lo que se hace. Se acostumbra a actuar guiado por emociones dañadas, antes de pensar profundamente cada acto. 

  • Ningún ser humano tiene derecho a tratar mal, a otro ser humano: Hay que eliminar todo tipo de violencia individual, intrafamiliar y social. “Así que, todas las cosas que quieran que los hombres hagan con ustedes, así también hagan  ustedes con ellos”.
  • Ningún ser humano tiene derecho a hablar mal a otro, ni de otro ser humano: Hay que eliminar de todo acto humano la violencia verbal y a la vez aprender a dialogar de manera clamada, en paz argumentando racionalmente y calmados siempre. “El que oculta el odio tiene labios mentirosos, y el que esparce calumnia es un necio”

·         Ningún ser humano tiene derecho a pensar mal de otro ser humano: No se debe dar riendas sueltas a cualquier tipo de pensamientos. Aun cuando no se puede evitar por momentos el hecho de que llegue a la mente pensamientos malos; sin embargo, cosa muy distinta es alimentar ese pensamiento dañino. “Yo, el SEÑOR, escudriño el corazón, pruebo los pensamientos, para dar a cada uno según sus caminos, según el fruto de sus obras.”

Las acciones despersonalizadas y  erráticas de los individuos  causan destrucción desde uno mismo hacia los demás. Especialmente los más cercanos al círculo íntimo en un orden cada vez más amplio: la pareja íntima primeramente, luego los hijos, seguido de los familiares cercanos, amigos y la sociedad en general, como se ilustra en el siguiente cuadro. 

“El círculo de disfuncionalidad comienza por el YO enfermo, disfuncional y avanza hacia la familia extendida y la sociedad
Mario García






  

Un hogar de crianza disfuncional, es el caldo de cultivo para crear individuos disfuncionales en las familias y la sociedad.
Lic. Mario García MTF